CAROLINA VELEZ VERA (azul_karito@yahoo.fr)
EL PUNTOHablar en términos plásticos del punto, podría implicar mencionarlo como unidad mínima, en donde se carece de volumen; que sin embargo habitando un espacio, como por ejemplo una hoja de papel o la piel misma ya no en términos de unidad sino en conjunto, proporciona al tacto y a la vista una ilusión de volumen y textura satisfactorio para los sentidos.
Para el año 1859 nace en manos de Georges Seurat la técnica pictórica conocida como puntillismo, basada en el hecho de aplicar sobre la tela colores sin mezcla, en forma de pequeños toques o puntos y dejando que la mezcla se realice en la retina del espectador, en lugar de la paleta del pintor.
Igualmente no solo a nivel pictórico el punto ha sido material de investigación, el usarlo continuamente para significar en el lenguaje escrito unidad y orden de ideas nos llevan a un problema meramente semiótico.
Tan habituado está el pensamiento a este símbolo que cuando lo encontramos en la lectura o en la palabra escrita recordamos inmediatamente su función y hacemos caso de ella. Como ejemplo que cuando leemos nos encontramos infinidad de significaciones para este símbolo (punto seguido, aparte, dos puntos, punto y coma y tres puntos) Así también como sistema de comunicación.
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Carlos F. QUintero -